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Cristobal Colón era un marinero sádico y perdido. El Perú tiene la suerte de parecer más un país de indígenas

A propósito del 'Colombus Day' que se celebra en octubre en EE.UU

Los periplos de Colón desataron una cadena de acontecimientos que causaron estragos en las poblaciones nativas del Nuevo Mundo

Publicado: 2015-10-20

En Estados Unidos celebran el Día de Cristobal Colón el segundo lunes de octubre, pero como este artículo reciente del prestigioso The Guardian afirma, Colón era un marinero sádico perdido. En la Europa del siglo XV se ignoraba la existencia del continente americano, pero existían teorías que pregonaban la redondez de la tierra y señalaban que uno podía llegar a «Las Indias» (India y países de Oriente), navegando hacia Occidente. Los marineros sabían instintivamente que la tierra era redonda. Solo que Colón pensó que la circunferencia de la Tierra era mucho más pequeña y que por lo tanto las islas del Caribe eran las islas de las Indias.

Así no haya estado perdido, los periplos de Colón desataron una cadena de acontecimientos que causaron estragos en las poblaciones nativas del Nuevo Mundo. En 1492, a su llegada a la isla Hispaniola -isla que ahora alberga a los países de República Dominicana y Haití-, se estima que habían unos 300,000 nativos. Colón forzó a los nativos a que le proveyeran de oro; a aquellos que se rehusaron les cortaron las manos. Hacia 1550, solo quedaban 500 nativos. Desde los Calusa del sur de la Florida, hasta los Duwamish que se instalaron en la hoy Seattle hace como 10,000 años atrás, el Estados Unidos continental tenía una población pre-colombina que se contaba por millones. Haciendo aproximaciones, cerca del 90% de esa gente murió entre 1492 y la llegada de los Pilgrims (los fundadores de Estados Unidos) en 1620.

Y qué decir del resto de países americanos; o de Sudamérica... Siempre pienso, comparándonos con Argentina, Brasil, Uruguay o Chile (y hasta con Colombia y con todos los países menos Bolivia y Ecuador), donde la población indígena prácticamente ha sido y sigue siendo arrasada, que en el Perú tenemos la suerte de ser, o de parecer más, un país de indígenas, a pesar de todo. Muchas veces me he preguntado a qué se debe este fenómeno redentor de toda una sangre. No olvidemos, jamás, que el Perú concentró a muchísimas culturas espectaculares a lo largo de la historia en su territorio. Incluso, tenemos a la civilización más antigua de toda América, Caral, contemporánea al surgimiento de las grandes civilizaciones en el mundo, como la China, India, Mesopotamia, Egipto.

Tantos años de historia, tanta belleza cultural rebullendo en un mismo entorno no se puede ir así nomás por la borda. Se podría decir que nuestra identidad indígena sobrevive por sus propios méritos. Pero, a la vez, no se puede negar que es un milagro de Dios que en el Perú todavía conservemos nuestra raza, nuestras costumbres ancestrales, y que actualmente nuestra identidad prehispánica esté en un entusiasta proceso de reivindicación, tan entrañable que invita a soñar con un Perú moderno más ecléctico y novoandino para el futuro.

Particularmente, yo que he vivido fuera, puedo decir con orgullo que el Perú son muchos lindos Perús, y al mismo tiempo es único y no se puede comparar con ningún otro sitio en el mundo. La rica cultura brota de nuestros poros. Y es nuestro gran alivio a las enormes injusticias sociales. Experimento esto cada vez que me siento a comer a la mesa, cada vez que hay una reunión familiar o una fiesta que termina con marinera, cuando prendo la radio o la tele, cuando hago turismo interno y descubro cosas peruanas nuevas, cientos de festividades tradicionales, peruanos con vestimentas autóctonas, cuando voy al mercado, cuando como anticuchos en la calle o voy a un restaurante de la selva, cuando bailo festejo, y, por supuesto, cuando veo a la gente, aindiados/mestizos en su gran mayoría. Es un alivio pertenecer a una cultura milenaria viva tan distina y que se resiste a la supremacía blanca mundial, creo que instintivamente, sin siquiera saberlo.

Porque creo que, en el fondo, ante la globalización y el materialismo desproporcionado de la supremacía blanca americana y europea, los peruanos preferimos aferrarnos a nuestra cultura variopinta y al amor de nuestras familias. Le dan más sentido y sabor a la vida. Le dan más sentido a nuestra lucha diaria por salir adelante, y digo lucha porque los gobernantes desde la conquista nunca nos la han puesto fácil.

Retomando a Cristobal Colón: no se debería festejar a un conquistador perverso y genocida en ningún lugar del mundo. Como americanos, remontémonos mejor a la primera civilización de América: Caral, en el Perú antiguo. Llamada la civilización de la paz, la única en el mundo donde no se han encontrado vestigios de guerra ni restos de fabricación de armas. Se han hallado, más bien, instrumentos musicales. ¿Para qué ir más allá de la paz? ¿De qué nos sirve ir más allá del amor? ¿No resulta escandaloso que se intente ir más allá?

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Un extracto del artículo en The Guardian (en Inglés):

"Lost or not, Columbus immediately captured some of the natives he met, writing of the “seven [natives] which I have ordered to be taken and carried to Spain,” and further musing that “I could conquer the whole of them with 50 men, and govern them as I pleased”. In December, his ships reached Hispaniola – the island that now hosts Haiti and the Dominican Republic – where he forced the natives to provide him gold; those who didn’t had their hands lopped off. It was the beginning of a rapid decline of the island’s population; historian Laurence Bergreen estimates that there were 300,000 natives on Hispaniola when Columbus arrived; by 1550, there were just 500. Many had been killed by disease or Spanish soldiers; others had been enslaved and sent back to Spain. A huge number simply took their own lives rather than live under Spanish rule. Is this really worthy of a celebration and a three-day sale at the local department store?.. From the Calusa in southern Florida to the Duwamish who settled modern-day Seattle nearly 10,000 years ago, the continental United States had a pre-Columbus population that numbered in the millions. By some estimates, nearly 90% of those people died between 1492 and the Pilgrims’ arrival in 1620, most of them felled by European diseases to which they had no immunity. Those who didn’t die saw their territories encroached upon by European settlers, and as the numbers of natives dwindled, so did their languages, cultural practices, religions and rich histories. "

Fuente: http://www.theguardian.com/commentisfree/2015/oct/12/christopher-columbus-sadist-there-shouldnt-be-a-holiday


Escrito por

Gallermic

Disfruto de una naturaleza puritana y moralista; está en mi salsa juzgar entre el bien y el mal, independientemente de lo que yo en sí haga


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